Comentario
Que trata la diferencia que hace el tiempo en este reino del Perú, que es cosa notable en no llover en toda la longura de los llanos que son a la parte del mar del Sur
Antes que pase adelante, me paresció declarar aquí lo que toca al no llover, de lo cual es de saber que en las sierras comienza el verano por abril, y dura mayo, junio, julio, agosto, setiembre, y por octubre ya entra el invierno, y dura noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo; de manera que poco difiere a nuestra España en esto del tiempo; y así, los campos se agostan a sus tiempos, los días y las noches casi son iguales, y cuando los días crescen algo y son mayores es por el mes de noviembre; mas en estos llanos junto a la mar del Sur es al contrario de todo lo susodicho, porque cuando en la serranía es verano, es en ellos invierno, pues vemos comenzar el verano por octubre y durar hasta abril, y entonces entra el invierno; y verdaderamente es cosa extraña considerar esta diferencia tan grande, siendo dentro en una tierra y en un reino; y lo que es más de notar, que por algunas partes pueden con las capas de agua abajar a los llanos, sin las traer enjutas; y para lo decir más claro, parten por la mañana de tierra donde llueve, y antes de vísperas se hallan en otra donde jamás se cree que llovió; porque desde principio de octubre para adelante no llueve en todos los llanos si no es un tan pequeño rocío, que apenas en algunas partes mata el polvo; y por esta causa los naturales viven todos de riego, y no labran más tierra de la que los ríos pueden regar, porque en toda la más (por parte de su esterilidad) no se cría hierba, sino toda es arenales y pedregales sequísimos, y lo que en ellos nasce son árboles de poca hoja y sin fruto ninguno; También nascen muchos géneros de cardones y espinas, y a partes ninguna cosa destas, sino arena solamente; y el llamar invierno en los llanos no es más de ver unas nieblas muy espesas, que paresce que andan preñadas para llover mucho, y destilan, como tengo dicho, una lluvia tan liviana que apenas moja el polvo; y es cosa extraña que, con andar el cielo tan cargado de ñublados en el tiempo que digo, no llueve más en los seis meses ya dichos que estos rocíos pequeños por estos llanos, y se pasan algunos días que el sol, escondido entre la espesura de los ñublados, no es visto; y como la serranía es tan alta y los llanos y costa tan baja, parece que atrae a sí los ñublados sin los dejar parar en las tierras bajas; de manera que cuando las aguas son naturales llueve mucho en la sierra y nada en los llanos antes hace en ellos gran calor; y cuando caen los rocíos que digo es por el tiempo que la sierra está clara y no llueve en ella; y también hay otra cosa notable, que es haber un viento solo por esta costa, que es el sur; el cual, aunque en otras regiones sea húmido y atrae lluvias, en ésta no lo es; y como no halle contrario, reina a la contina por aquella costa hasta cerca de Tumbez; y de allí adelante, como hay otros vientos, saliendo de aquella constelación de cielo, llueve y viene ventando con grandes aguaceros. Razón natural de lo susodicho no se sabe más de que vemos claro que de cuatro grados de la línea a la parte del sur hasta pasar el trópico de Capricornio va estéril esta región.
Otra cosa muy de notar se ve, y es que debajo de la línea, en estas partes, en unas es caliente y húmida y en otra fría y húmida; pero esta tierra es caliente y seca, y saliendo de ella, a una parte y a otra llueve; esto alcanzo por lo que he visto y notado dello; quien hallare razones naturales, bien podrá decirlas, porque yo digo lo que vi, y no alcanzo otra cosa más de lo dicho.